Londres, 21 dic (Prensa Latina) La decisión de Francia y otros países de cerrar temporalmente sus fronteras con el Reino Unido por temor a la nueva variante del coronavirus SARS-CoV-2 disparó hoy las alarmas en la nación británica.
Según trascendió, el primer ministro Boris Johnson convocó para este lunes al Comité de Emergencias del gobierno para analizar la situación, en medio de temores de que se produzca un desabastecimiento de alimentos perecederos en vísperas de Navidad.
En declaraciones a la cadena Sky News, el ministro de Transporte, Grant Shapps, dijo que está trabajando con su contraparte francesa para resolver la situación lo antes posible.
El gobierno francés decidió prohibir durante 48 horas la entrada de todos los camiones de carga y pasajeros procedentes del Reino Unido, donde en los últimos días se identificó una nueva cepa del virus altamente contagiosa.
Además de Francia, la mayoría de los países europeos y varios más de otros continentes decidieron suspender temporalmente sus conexiones aéreas con el territorio británico.
El ministro de Transporte admitió que tras el cierre del paso entre Dover y Calais a través del canal de La Mancha y el Eurotúnel, más de seis mil camiones de carga quedaron varados del lado británico de la frontera.
Shapps aclaró, no obstante, que la medida no afectará la llegada de las vacunas contra la Covid-19 contratadas a la farmacéutica Pfizer y la firma alemana BioNTech, porque las dosis se transportan en contenedores no acompañados.
La cadena de supermercados Sainsbury´s advirtió, por su parte, que de prolongarse el cierre de la frontera podría haber escasez de frutas y vegetales en sus estanterías, aunque afirmó que los abastecimientos para la Navidad están garantizados.
Tras la identificación de la nueva cepa del coronavirus el gobierno británico canceló el relajamiento de las restricciones vigentes por la Covid-19 y prohibió las reuniones familiares durante la festividad cristiana en Londres y el sur de Inglaterra.
Las autoridades semiautónomas de Gales, Escocia e Irlanda del Norte también adoptaron medidas similares, en un intento por controlar la propagación de la enfermedad que deja ya más de dos millones de contagios y 67 mil muertos en el Reino Unido.